30 de enero de 2013

Rumbo a Fitur 2014


Fitur 2013
Todas las miradas se centran hoy en Madrid. La Feria Internacional de Turismo o #fitur son trending topic del sector viajes y turismo. El recinto no solo se convierte en un lugar de encuentro de culturas y en una muestra de los mejores atractivos de cada país, si no que, además, se presenta como una puerta a destinos más o menos lejanos que nos descubren lo mejor de cada región.

Es reconfortante ver que en un momento duro para la economía mundial, se sigue innovando y reenfocando los objetivos. Ahora la gente manda, desde su celular o portátil gestionan todos los aspectos de sus vidas laborales y su tiempo de ocio. Los viajes y el turismo no podían ser menos. Desde expediciones a medida, guías personalizables, realidad aumentada, ínterconectividad, todos estos conceptos se incorporan ya desde hace algunos años a nuestra vida cotidiana y obviamente a los viajes.

En Fitur 2013 se concentra todo un mundo (y casi que nunca mejor dicho) en unos cuantos pabellones llenos de stands, músicos, agentes, medios, visitantes y mil propuestas. Por suerte las nuevas tecnologías permiten seguir la actualidad de la feria al minuto y casi hasta palpar el ambiente a pie de moqueta.

No hubo tiempo de embarcarnos en esta edición de la feria, pero seguimos atentos a todo lo que allí ocurre, y a las geniales propuestas e innovaciones que solo un sector en crecimiento podría generar. Seguro que en la próxima tendremos reservado un lugar en el muelle. 

23 de enero de 2013

Hoy aparecemos en el Periódico

Eduard Riera y Asier Suescun, en una de las salas
de La Fontana. RICARD CUGAT
Cuando estábamos en Sicilia, cada noche nos acercábamos al puerto de Catania a hablar con los marineros para que nos contaran su experiencia en el mar. En una ocasión nos paramos a conversar con un hombre que esperaba sentado frente a un barco.

Al dirigirnos a él, nos dijo, con semblante serio, que no conocía el mar. Solo tenía un pequeño barco con el que remolcaba otras embarcaciones dentro del puerto y con el que nunca había ido más allá de las dársenas. "El motor no aguantaría fuera", era lo que le decían todos en el muelle. El resto de trabajadores que frecuentaban el astillero no entendía las ansias de ese hombre por salir de allí, el trabajo para vivir lo podía conseguir sin necesidad de salir a alta mar. Sin duda era más cómodo quedarse donde estaba.

Nos contó que en una ocasión lo había intentado, había dejado su pequeña barca aparcada y se había sumado a la tripulación de un barco pesquero que salía de madrugada a faenar. Pero no resultó tan bien como esperaba. Se toparon con una fuerte tormenta al poco de salir. Fue imposible la pesca. Las olas zarandeaban bruscamente la embarcación, con tan mala suerte que, dada la inexperiencia de este hombre en habilidades marineras, cayó al mar y tuvieron que lanzarse a rescatarlo.

Pero él seguía soñando con navegar allá fuera. Veía cada día multitud de barcos a lo lejos, se preguntaba cómo podría conseguir llegar hasta allá. Se imaginaba que los dueños de aquellas embarcaciones, a las que él miraba con sana envidia, algún día se encontraron anhelando el mar desde la orilla y ahora disfrutaban de la vista de las luces de la costa desde tan lejos. Conocía el trabajo y esfuerzo que le supondría llegar hasta allá. La gente le alentaba a no dejar su cómodo empleo, la experiencia le decía que algo podía salir mal.

Esa noche volvía a intentarlo, volvía a aparecer la oportunidad delante suya y sintió el coraje de tomarla. La oportunidad no era que saliera un barco, pues cada madrugada decenas de ellos partían del muelle. La oportunidad estaba dentro de él, en las ganas de ver aquella noche las lejanas luces de la costa y en la lucha por la búsqueda de su sonrisa, sonrisa que sabía que alcanzaría si cada amanecer lo sorprendiera en alta mar.

Y nos contó que no tenía miedo, había aprendido de la experiencia. Aprender de la experiencia no significa tratar de no cometer los mismos errores. Si no arriesgarse a seguir cometiéndolos sabiendo que tratas de conseguir lo que quieres. Cometerlos esta vez con perspectiva, consciente de las consecuencias y al mismo tiempo consciente de que el objetivo que quieres alcanzar merece la pena.

No volvimos a saber nada de aquel hombre. Al día siguiente no fuimos al puerto, teníamos que rodar un proyecto de unos barquitos de papel surcando un río.

Hoy, aparecemos en el Periódico.

18 de enero de 2013

Soltando amarras

Hasta hoy todo eran especulaciones, susurros, comentarios de sobremesa: “Me ha agregado el Barquito Comunicación al Facebook”, “deben ser Asier y Edu”, “pues están montando algo”, “pues no salen muy guapos en la foto”, etc.

Y no van mal encaminadas las acusaciones. Somos Asier y Edu, Edu y Asier. Recién terminado el Máster en Periodismo de Viajes por la Universidad Autónoma de Barcelona, decidimos que no nos podíamos plantar ahí, teníamos que darle salida a tantas ganas de hacer cosas interesantes y a la voluntad de viajar que nos unía. Y así nació El Barquito Comunicación.

Una tarde de julio, mientras tocábamos el marranzano en un camping de Catania, Sicilia, se nos ocurrió realizar un vídeo con unos barquitos de papel que recorrieran el río subterráneo que cruza la ciudad. Hicimos muchos barquitos, pero el río nunca lo encontramos. Ante tal excedente de barcos decidimos que ese sería el nombre de nuestra empresa.

Aquella tarde no pudimos grabar aquel proyecto, pero nacieron muchos más, muchas ideas inspiradas en aquellos barquitos que no salieron a navegar aquel día, pero que trajeron buenos vientos y que no se conformaron con un río subterráneo si no que quisieron echarse a la mar.
Así nació el Barquito Comunicación, con mucho sol y viento favorable soltó amarras y comenzó a navegar.






Proyectos


En esta sección os traeremos novedades e información sobre aquellos proyectos en los que hayamos trabajado o que estemos llevando a cabo.

 Muy pronto, vuelos libres, puntos de encuentro y deportes urbanos...