Espai Jove la Fontana |
Finalmente
a principios de este 2013, tras sopesarlo durante las siestas navideñas,
apareció el Barquito, formado por dos personas cargadas de energía, una idea
muy clara y poco más que un par de ordenadores útiles, algún material que otro
de grabación y un dominio registrado en Internet.
Nos
pusimos manos a la obra, y en una de las primeras reuniones decidimos trabajar
en algún lugar más adecuado, que no fuera la mesa de un bar o un rincón en la
cocina. Así que, guiados por el instinto o por Sirius, la más brillante de las
estrellas, quedamos un lunes a las seis de la tarde en el Espai Jove la
Fontana, en Gran de Gràcia. Quisieron la suerte y la casualidad que se
estuviera iniciando un vivero de empresas y que a nosotros se nos ocurriese
preguntar.
Así es
como, en cuestión de una semana, ya disponíamos de un despacho, con teléfono,
acceso a Internet y un servicio de asesoría por parte de Barcelona Activa. La
mezcla de ingredientes perfectos para que dos emprendedores puedan apostar
firmemente por su idea y generar la dinámica necesaria para empezar a moverse.
Ahora
llevamos cuatro semanas en la Fontana y podemos decir que es nuestro hogar.
Aquí hemos empezado a desarrollar ya tres proyectos paralelos, y vamos día a
día, estructurando y dotando el Barquito de las herramientas necesarias para
seguir creciendo.
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